Dios es la religión del universo
La pregunta de la semana: ¿Cómo responder a los escépticos como Michael Shermer que afirman que la Biblia se equivocó desde el primer versículo? Señalan que Génesis 1:1 afirma que Dios creó el universo y la Tierra en el principio. Las observaciones astronómicas establecen que la Tierra no se formó hasta más de nueve mil millones de años después del origen del universo. ¿Realmente la Biblia cometió un error tan importante en su primera frase?
Mi respuesta: Casi todas las Biblias en inglés traducen Génesis 1:1 del original hebreo como «En el principio Dios creó los cielos y la tierra». Es fácil ver cómo los lectores de lengua inglesa del siglo XXI interpretarían que «los cielos y la tierra» se refieren al universo y a nuestro planeta.
Mi primera lectura seria de la Biblia tuvo lugar al mismo tiempo que intentaba dominar el francés. Debido a su reducido vocabulario, el francés es una lengua cargada de modismos. Sabiendo que el hebreo bíblico es también una lengua de escaso vocabulario, preveía que también tendría modismos. Por eso, cuando vi la frase «los cielos y la tierra» en la declaración inicial del Antiguo Testamento, me pregunté qué significaba esta frase en el contexto del hebreo bíblico. Esta curiosidad me motivó a leer el resto del Antiguo Testamento para ver cuántas otras veces aparece esta frase y cómo se usa en tales ocurrencias. También tenía curiosidad por saber si alguna de las traducciones al inglés del Antiguo Testamento que yo conocía utilizaba alguna vez la palabra «universo» y, en caso afirmativo, dónde.
Creer en el universo y en Dios
La creencia de que Dios se convirtió en el universo es una doctrina teológica que se ha desarrollado varias veces históricamente, y sostiene que el creador del universo se convirtió realmente en el universo. Históricamente, para las versiones de esta teoría en las que Dios ha dejado de existir o de actuar como una entidad separada y consciente, algunos han utilizado el término pandeísmo, que combina aspectos del panteísmo y del deísmo, para referirse a una teología de este tipo[1][2][3] Un concepto similar es el panenteísmo, que hace que el creador se convierta en el universo sólo en parte, pero que siga siendo en alguna otra parte trascendente a él, también. Los textos hindúes, como el Mandukya Upanishad, hablan del uno indiviso que se convirtió en el universo.
Pero, un ejemplo de ello existe en el mito polinesio, pues en las islas del Pacífico, la idea de la Deidad Suprema se manifiesta en una divinidad que los neozelandeses llaman Tangaroa, los hawaianos Kanaroa, los tonganos y samoanos Tangaloa, los georgianos y los isleños de la Sociedad Taaroa. Una definición poética nativa del Creador relata: «Era; Taaroa era su nombre; habitaba en el vacío. No hay tierra, ni cielo, ni hombres. Taaroa llama, pero nada responde; y solo existiendo, se convirtió en el universo. Los puntales son Taaroa; las rocas son Taaroa; las arenas son Taaroa; así se llama él mismo»[4].
Creer en el universo en lugar de en Dios
Todavía creía en Dios (ahora soy ateo) cuando escuché la siguiente pregunta en un seminario, planteada por primera vez por Einstein, y me quedé atónito por su elegancia y profundidad: «Si existe un Dios que creó todo el universo y TODAS sus leyes físicas, ¿obedece Dios sus propias leyes? ¿O puede Dios suplantar sus propias leyes, como viajar más rápido que la velocidad de la luz y así poder estar en dos lugares diferentes al mismo tiempo?» ¿Podría la respuesta ayudarnos a demostrar si Dios existe o no, o es aquí donde el empirismo científico y la fe religiosa se cruzan, sin que haya una respuesta verdadera? David Frost, 67 años, Los Ángeles.
Me quedé encerrado cuando recibí esta pregunta y quedé intrigado al instante. No es de extrañar el momento: los acontecimientos trágicos, como las pandemias, suelen hacernos cuestionar la existencia de Dios: si hay un Dios misericordioso, ¿por qué ocurre una catástrofe como ésta? La idea de que Dios podría estar «limitado» por las leyes de la física -que también rigen la química y la biología y, por tanto, los límites de la ciencia médica- era interesante de explorar.
Quién es el universo
Este artículo trata sobre la creencia de un ser supremo en el pensamiento monoteísta. Para la fe general en un ser supremo, véase Deidad. Para Dios en religiones específicas, véase Concepciones de Dios. Para otros usos, véase Dios (desambiguación).
En el pensamiento monoteísta, Dios suele ser visto como el ser supremo, creador y principal objeto de la fe[1]. Dios suele ser concebido como omnipotente, omnisciente, omnipresente y omnibenevolente, además de tener una existencia eterna y necesaria. La mayoría de las veces se considera que Dios es incorpóreo, y dicha característica está relacionada con las concepciones de trascendencia o inmanencia[1][2][3].
Algunas religiones describen a Dios sin hacer referencia al género, mientras que otras utilizan una terminología específica para el género y con un sesgo de género. Dios ha sido concebido como personal o impersonal. En el teísmo, Dios es el creador y sustentador del universo, mientras que en el deísmo, Dios es el creador, pero no el sustentador, del universo. En el panteísmo, Dios es el universo mismo, mientras que en el panenteísmo, el universo es parte (pero no el todo) de Dios. El ateísmo es la ausencia de creencia en cualquier Dios o deidad, mientras que el agnosticismo considera que la existencia de Dios es desconocida o incognoscible. También se ha concebido a Dios como la fuente de toda obligación moral y el «mayor existente concebible»[1].