Derecho internacional de los derechos humanos
La educación es intrínsecamente valiosa como la herramienta más eficaz de la humanidad para el empoderamiento personal. La educación adquiere la condición de derecho humano porque es parte integrante de la dignidad humana y la realza gracias a sus frutos de conocimiento, sabiduría y comprensión. Además, por razones instrumentales, la educación tiene el estatus de derecho humano social, económico y cultural multifacético. Es un derecho social porque en el contexto de la comunidad promueve el pleno desarrollo de la personalidad humana. Es un derecho económico porque facilita la autosuficiencia económica mediante el empleo o el autoempleo. Es un derecho cultural porque la comunidad internacional ha orientado la educación hacia la construcción de una cultura universal de los derechos humanos. En resumen, la educación es el requisito previo para que el individuo funcione plenamente como ser humano en la sociedad moderna.
Al plantear un derecho humano a la educación, los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) se basaron axiomáticamente en la noción de que la educación no es un valor neutral. En este espíritu, el artículo 26 establece un conjunto de objetivos educativos que se analizan en este ensayo junto con un debate centrado en la educación sobre los derechos humanos a la luz del artículo 26.
¿Cuáles son los derechos humanos
Todos los años, en su sesión de junio, el Consejo de Derechos Humanos adopta una Resolución sobre el Derecho a la Educación liderada por Portugal y patrocinada por varios Estados. Las resoluciones se pueden encontrar en la Biblioteca Digital de las Naciones Unidas. La última edición, de junio de 2019, se puede encontrar aquí.
Desde entonces, el derecho a la educación ha sido ampliamente reconocido y desarrollado por una serie de instrumentos normativos internacionales elaborados por las Naciones Unidas, como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención de la UNESCO contra la Discriminación en la Educación.
La universalidad del derecho a la educación se ha reafirmado en otros tratados que abarcan grupos específicos, como las mujeres y las niñas, las personas con discapacidad, los migrantes, los refugiados, los pueblos indígenas y quienes pueden sufrir otras formas de discriminación, y en otros contextos, como las zonas de conflicto. También se ha incorporado a varios tratados regionales y se ha consagrado como derecho en la gran mayoría de las constituciones nacionales.
30 derechos humanos
El 10 de diciembre de cada año, el mundo celebra el día internacional de los derechos humanos, con motivo de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, de la que el derecho a la educación1 es una piedra angular.
Sin embargo, el derecho a la educación y la importancia de garantizar el acceso inclusivo a una educación de calidad siguen enfrentándose a un sinfín de retos. La ETF, que opera en el marco de las relaciones exteriores de la UE, defiende los derechos humanos en todas sus actividades. En apoyo del marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas2, la ETF apoya la reforma de los sistemas de educación, formación y empleo en las regiones vecinas de la UE mediante la prestación de asesoramiento político, el apoyo a la participación de las partes interesadas, las intervenciones específicas en los países y el desarrollo de redes para el intercambio de conocimientos.
El trabajo de la ETF se basa en el Pilar Europeo de Derechos Sociales, que incluye 20 principios como guía para lograr sociedades justas e inclusivas, el primero de los cuales se refiere al derecho a una educación, formación y aprendizaje permanente de calidad e inclusivos, con el fin de mantener y adquirir competencias para participar plenamente en la sociedad y gestionar con éxito las transiciones en el mercado laboral, tal como se establece en la Agenda Europea de Capacidades.
Carta Internacional de los Derechos Humanos
Los traumáticos acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial pusieron de manifiesto que los derechos humanos no siempre se respetan de forma universal. El exterminio de casi 17 millones de personas durante el Holocausto, incluidos 6 millones de judíos, horrorizó al mundo entero. Después de la guerra, los gobiernos de todo el mundo hicieron un esfuerzo concertado para fomentar la paz internacional y prevenir los conflictos. El resultado fue la creación de las Naciones Unidas en junio de 1945.
En 1948, los representantes de los 50 Estados miembros de las Naciones Unidas se reunieron bajo la dirección de Eleanor Roosevelt (Primera Dama de los Estados Unidos 1933-1945) para elaborar una lista de todos los derechos humanos de los que deberían disfrutar todas las personas del mundo.
El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas anunció la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH): 30 derechos y libertades que nos pertenecen a todos. Siete décadas después, los derechos que incluían siguen siendo la base de toda la legislación internacional sobre derechos humanos.
Eleanor Roosevelt estuvo muy implicada en la defensa de los derechos civiles y el activismo social. Fue nombrada presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU que redactó la DUDH. En el décimo aniversario de la DUDH, Eleanor pronunció un discurso en las Naciones Unidas titulado «¿Dónde empiezan los derechos humanos?». Parte de su discurso se ha hecho famoso por captar la razón por la que los derechos humanos son para cada uno de nosotros, en todas las partes de nuestra vida cotidiana: