marzo 22, 2023

Declaracion universal de los derechos humanos homosexualidad

Kizito – abiertamente gay en Zambia (subtítulos en inglés)

Mientras el mundo celebra el 60º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), la Asamblea General de la ONU escuchará a mediados de diciembre una declaración respaldada por más de 50 países de todo el mundo en la que se pide el fin de los abusos de derechos basados en la orientación sexual y la identidad de género. Una coalición de organizaciones internacionales de derechos humanos ha instado hoy a todas las naciones del mundo a apoyar la declaración para afirmar la promesa básica de la DUDH: que los derechos humanos se aplican a todos.

Naciones de cuatro continentes están coordinando la declaración, entre ellas: Argentina, Brasil, Croacia, Francia, Gabón, Japón, Países Bajos y Noruega. La lectura de la declaración será la primera vez que la Asamblea General aborde formalmente las violaciones de derechos basadas en la orientación sexual y la identidad de género.

«En 1948, las naciones del mundo establecieron la promesa de los derechos humanos, pero seis décadas después, la promesa sigue sin cumplirse para muchos», dijo Linda Baumann, de Namibia, miembro de la junta directiva de Pan Africa ILGA, una coalición de más de 60 grupos africanos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT). «El apoyo africano sin precedentes a esta declaración envía el mensaje de que los abusos contra las personas LGBT son inaceptables en cualquier lugar, siempre».

Esto es lo que la Sección 28 trataba de hacer

El derecho a la sexualidad incorpora el derecho a expresar la propia sexualidad y a no ser discriminado por motivos de orientación sexual. En concreto, se refiere a los derechos humanos de las personas de diversas orientaciones sexuales, incluidas las lesbianas, los gays, los bisexuales y los transexuales (LGBT), y a la protección de esos derechos, aunque es igualmente aplicable a la heterosexualidad. El derecho a la sexualidad y a no ser discriminado por motivos de orientación sexual se basa en la universalidad de los derechos humanos y en el carácter inalienable de los derechos que corresponden a toda persona por el hecho de serlo.

El derecho a la sexualidad no existe explícitamente en la legislación internacional de derechos humanos, sino que se encuentra en varios instrumentos internacionales de derechos humanos, como la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

La orientación sexual se define en el preámbulo de los Principios de Yogyakarta como «la capacidad de cada persona de sentir una profunda atracción emocional, afectiva y sexual por individuos de un género diferente, del mismo género o de más de un género, y de mantener relaciones íntimas y sexuales con ellos»[1].

EN LA CALLE: LA HOMOSEXUALIDAD EN ÁFRICA

En los últimos dos años, no han faltado ejemplos de violaciones de los derechos humanos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI) en todo el continente.i Las violaciones han sido perpetradas tanto por agentes estatales como no estatales. Las violaciones van desde la denegación de derechos básicos hasta, en algunos casos extremos, la violencia física contra las personas LGBTI y, a veces, incluso la muerte.ii Algunos Estados se han esforzado por reforzar las leyes penalesiii aumentando las penas o ampliando la lista de delitos de los que se puede acusar a las personas LGBTI.

Jefes de Estado actuales y anteriores siguen haciendo declaraciones en las que condenan las relaciones entre personas del mismo sexo.iv Diversas formaciones religiosas también han aprovechado la oportunidad para oponerse a las relaciones entre personas del mismo sexo.v En la actualidad, hay 38 países en el continente que penalizan activamente las relaciones íntimas entre personas del mismo sexo y, aunque no estén expresamente tipificadas como delito en otros países, otras leyes, como la de vagabundeo o la de alteración del orden público, pueden utilizarse para perseguir y enjuiciar a personas y grupos LGBTI. También se acepta que las violaciones que se están produciendo implican una serie de derechos humanos que están protegidos.vi

«ayudar a los lgbt me hace más fuerte a mí mismo» ruslan savolainen

1La globalización ha cambiado los términos de la interacción en la vida global y ha creado un espacio tanto para extensiones implícitas como para adiciones explícitas al contenido de la doctrina de los derechos humanos. Recordamos que desde 1948 ha habido muchas otras convenciones sustantivas de derechos humanos que han abordado algunas de las cuestiones que identificamos, como los derechos de las mujeres, los derechos de los niños y los derechos de los discapacitados. Sin embargo, es importante reconocer una serie de derechos que, en nuestra opinión, han quedado más claros después de 70 años y necesitan más énfasis del que recibieron en la Declaración. Algunos de estos derechos se mencionan en la DUDH, como los derechos de la mujer, pero queremos sugerir que el lenguaje podría haber sido más vívido a la luz de lo que ahora sabemos. Otros derechos, como los relacionados con la orientación sexual, no se abordan expresamente en absoluto en el documento, y suponen un cambio de conciencia y preocupación desde que se adoptó la DUDH. Pero es discutible que incluso éstos puedan entenderse como una elaboración de los derechos a la libertad o la autonomía personal que, de hecho, se afirman claramente en la Declaración.