Lista de derechos humanos
Los traumáticos acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial pusieron de manifiesto que los derechos humanos no siempre se respetan de forma universal. El exterminio de casi 17 millones de personas durante el Holocausto, incluidos 6 millones de judíos, horrorizó al mundo entero. Después de la guerra, los gobiernos de todo el mundo hicieron un esfuerzo concertado para fomentar la paz internacional y prevenir los conflictos. El resultado fue la creación de las Naciones Unidas en junio de 1945.
En 1948, los representantes de los 50 Estados miembros de las Naciones Unidas se reunieron bajo la dirección de Eleanor Roosevelt (Primera Dama de los Estados Unidos 1933-1945) para elaborar una lista de todos los derechos humanos de los que deberían disfrutar todas las personas del mundo.
El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas anunció la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH): 30 derechos y libertades que nos pertenecen a todos. Siete décadas después, los derechos que incluían siguen siendo la base de toda la legislación internacional sobre derechos humanos.
Eleanor Roosevelt estuvo muy implicada en la defensa de los derechos civiles y el activismo social. Fue nombrada presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU que redactó la DUDH. En el décimo aniversario de la DUDH, Eleanor pronunció un discurso en las Naciones Unidas titulado «¿Dónde empiezan los derechos humanos?». Parte de su discurso se ha hecho famoso por captar la razón por la que los derechos humanos son para cada uno de nosotros, en todas las partes de nuestra vida cotidiana:
Ensayo sobre los derechos humanos
La concepción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) dio origen a los derechos humanos tal y como se conocen hoy en día. Adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) el 10 de diciembre de 1948, la DUDH fue una respuesta a las atrocidades que tuvieron lugar durante la Segunda Guerra Mundial. Mientras la mitad del planeta quedaba en ruinas y se cobraban millones de vidas, un lado dormido de la humanidad pareció despertar dentro de las potencias mundiales, y surgió una prioridad internacional de los derechos humanos. La DUDH, compuesta por 30 artículos que definen los derechos humanos, fue una expresión del resurgimiento de la humanidad, así como un compromiso internacional para no volver a permitir que se produzcan actos tan monstruosos.
Considerando que el desconocimiento y el desprecio de los derechos humanos han dado lugar a actos de barbarie que han escandalizado la conciencia de la humanidad, y que el advenimiento de un mundo en el que los seres humanos gocen de libertad de expresión y de creencias y estén libres del temor y la miseria ha sido proclamado como la aspiración más elevada del pueblo…
Así, por primera vez en la historia, los derechos humanos se reunieron y codificaron en un único documento. Los Estados miembros, o estados soberanos que son miembros de las Naciones Unidas, se pusieron de acuerdo para proteger y promover estos derechos. Como consecuencia, los derechos han dado forma a leyes constitucionales y normas democráticas en todo el mundo, como la Ley de Derechos Humanos de 1998 en Gran Bretaña y la Ley de Derechos Civiles de 1964 en Estados Unidos.
¿Qué son los derechos humanos?
La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) es un documento internacional adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas que consagra los derechos y libertades de todos los seres humanos. Redactada por un comité de la ONU presidido por Eleanor Roosevelt, fue aceptada por la Asamblea General como Resolución 217 durante su tercera sesión, el 10 de diciembre de 1948, en el Palacio de Chaillot de París (Francia)[1] De los 58 miembros de las Naciones Unidas que había entonces, 48 votaron a favor, ninguno en contra, ocho se abstuvieron y dos no votaron[2].
Durante la Segunda Guerra Mundial, los Aliados -conocidos formalmente como las Naciones Unidas- adoptaron como objetivos básicos de guerra las Cuatro Libertades: libertad de expresión, libertad de religión, libertad del miedo y libertad de la miseria. [17][18] Hacia el final de la guerra, se debatió, redactó y ratificó la Carta de las Naciones Unidas para reafirmar «la fe en los derechos fundamentales del hombre y en la dignidad y el valor de la persona humana» y comprometer a todos los Estados miembros a promover «el respeto universal a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión, y la efectividad de tales derechos». [19] Cuando las atrocidades cometidas por la Alemania nazi se hicieron plenamente patentes después de la guerra, el consenso en la comunidad mundial fue que la Carta de la ONU no definía suficientemente los derechos a los que se refería[20][21] Se consideró necesario crear una declaración universal que especificara los derechos de las personas para hacer efectivas las disposiciones de la Carta sobre los derechos humanos[22].
Discurso sobre los derechos humanos
Considerando que el desconocimiento y el desprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie que han ultrajado la conciencia de la humanidad, y que el advenimiento de un mundo en que los seres humanos disfruten de la libertad de palabra y de creencias y estén libres del temor y de la miseria ha sido proclamado como la aspiración más elevada del hombre,
Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad,
Ahora bien, LA ASAMBLEA GENERAL proclama la presente DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción.