Los escombros de Dios
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Esto es lo que dice el SEÑOR: «El cielo es mi trono, y la tierra es el escabel de mis pies. ¿Dónde está la casa que me construirás? ¿Dónde estará mi lugar de descanso? ¿No es mi mano la que ha hecho todas estas cosas, y así han llegado a existir?» declara el SEÑOR (Isaías 66:1,2).
Porque por él fueron creadas todas las cosas que están en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, dominios, principados o potestades. Todo fue creado por medio de él y para él (Colosenses 1:16).
El primer capítulo del Génesis hace unas diecisiete referencias a Dios como Creador. El resto de la Escritura habla de las obras creativas de Dios unas cincuenta veces. Está claro que la Biblia enseña que Dios es el Creador del universo. Las Escrituras también enseñan que Dios creó a la humanidad.
Dios creó el universo versículo bíblico
La pregunta de la semana: ¿Cómo responder a los escépticos como Michael Shermer que afirman que la Biblia se equivocó desde el primer versículo? Señalan que Génesis 1:1 afirma que Dios creó el universo y la Tierra en el principio. Las observaciones astronómicas establecen que la Tierra no se formó hasta más de nueve mil millones de años después del origen del universo. ¿Realmente la Biblia cometió un error tan importante en su primera frase?
Mi respuesta: Casi todas las Biblias en inglés traducen Génesis 1:1 del original hebreo como «En el principio Dios creó los cielos y la tierra». Es fácil ver cómo los lectores de lengua inglesa del siglo XXI interpretarían que «los cielos y la tierra» se refieren al universo y a nuestro planeta.
Mi primera lectura seria de la Biblia tuvo lugar al mismo tiempo que intentaba dominar el francés. Debido a su reducido vocabulario, el francés es una lengua cargada de modismos. Sabiendo que el hebreo bíblico es también una lengua de escaso vocabulario, preveía que también tendría modismos. Por eso, cuando vi la frase «los cielos y la tierra» en la declaración inicial del Antiguo Testamento, me pregunté qué significaba esta frase en el contexto del hebreo bíblico. Esta curiosidad me motivó a leer el resto del Antiguo Testamento para ver cuántas otras veces aparece esta frase y cómo se usa en tales ocurrencias. También tenía curiosidad por saber si alguna de las traducciones al inglés del Antiguo Testamento que conocía utilizaba la palabra «universo» y, en caso afirmativo, dónde.
Dios de la creación
«Los cielos anuncian la gloria de Dios; los cielos proclaman la obra de sus manos» (NVI). Esta hermosa afirmación del Salmo 19:1 (NVI) indica uno de los propósitos del universo creado: el universo revela la majestad de su Creador. Por supuesto, la gloria de Dios puede verse en muchos aspectos diferentes de la creación, no sólo en los cielos. Consideremos la magnífica complejidad de una célula viva, la complejidad y la asombrosa diversidad de la vida en la Tierra, y la precisión matemática de las leyes de la física y la química. Todo ello es indicativo de la incomprensible creatividad, inteligencia y poder del Creador.
¿Por qué, entonces, la Biblia señala a los cielos como la declaración de su gloria? Tal vez los cielos declaran la gloria de Dios de una manera especial o en mayor medida. Incluso puede ser que el universo estrellado haya sido especialmente diseñado con el propósito de declararnos la gloria de Dios. Veremos que el universo tiene una belleza increíble. Esto por sí solo sería razón suficiente para alabar a Dios por su creación, pero Dios no sólo hizo el universo hermoso, sino que lo hizo inimaginablemente grande. La gama de escalas en el universo es realmente asombrosa. El universo contiene objetos de tamaño y masa increíbles a distancias que la mente humana no puede comprender plenamente. Cuando consideramos el poder del Señor que hizo todo esto, no podemos evitar sentirnos humildes. En verdad, el Dios que creó este universo es glorioso y digno de alabanza. Exploremos ahora el tamaño y la belleza del universo para apreciar la majestuosidad del Creador.
Creación bíblica del mundo
ResumenTanto la cosmología como la filosofía hunden sus raíces en el asombro que sentían los antiguos griegos al contemplar el universo. La pregunta definitiva sigue siendo por qué existe el universo y no la nada. Esta pregunta llevó a Leibniz a postular la existencia de un ser metafísicamente necesario, al que identificó como Dios. Sin embargo, los críticos de Leibniz cuestionaron esta identificación, afirmando que el propio universo espacio-temporal podría ser el ser metafísicamente necesario. Sin embargo, el descubrimiento durante este siglo de que el universo comenzó a existir pone en duda el estatus del universo como metafísicamente necesario, ya que cualquier ser necesario debe ser eterno en su existencia. Aunque se han ofrecido y se siguen ofreciendo varios modelos de cosmogonía que pretenden evitar el comienzo del universo predicho por el modelo estándar, ningún modelo que implique un universo eterno ha resultado tan plausible como el modelo estándar. A no ser que afirmemos que el universo surgió de la nada sin causa alguna, nos vemos abocados a la conclusión de Leibniz. Se consideran varias objeciones a la inferencia de una causa sobrenatural del origen del universo y se considera que no son sólidas.Palabras claveEstas palabras clave fueron añadidas por la máquina y no por los autores. Este proceso es experimental y las palabras clave pueden actualizarse a medida que el algoritmo de aprendizaje mejore.