Conocimiento y virtud
Sócrates creía que tenía la misión de buscar la sabiduría. Murió siendo fiel a esa misión. Intentó encontrar una verdad estable y cierta y una sabiduría que sirviera de guía para la vida. Intentó guiar a los demás hacia una visión real. Quiso persuadir a los demás para que miraran dentro de sí mismos, para que buscaran la sabiduría y la virtud y para que cuidaran su posesión más noble, su alma, antes que todo lo demás. Lo intentó incluso en su juicio y en sus últimos días y horas. Utilizó el método dialéctico como partera de las ideas para conducir a los demás al conocimiento, la verdad y la virtud. Utilizó el proceso dialéctico para llegar a definiciones universales. Platón desarrollaría el esquema explicativo en el que la definición universal es alcanzable debido a un proceso de recogimiento a través del cual todas las personas pueden obtener el conocimiento de lo que está dentro de ellas, de sus mentes desde el nacimiento. El propio Sócrates creía en la universalidad del ser racional interior. Él creía que:
La vida no examinada no merece ser vivida. La mejor manera de examinar esa vida es a través del razonamiento que emplea el método dialéctico de indagación. Platón hereda esta creencia, la amplía y la promulga.
Universales
Sócrates es uno de los pocos individuos de los que se podría decir que ha marcado tanto el desarrollo cultural e intelectual del mundo que, sin él, la historia sería profundamente diferente. Se le conoce sobre todo por su asociación con el método socrático de preguntas y respuestas, su afirmación de que era ignorante (o consciente de su propia ausencia de conocimiento) y su afirmación de que la vida no examinada no merece la pena ser vivida, para los seres humanos. Fue la inspiración de Platón, el pensador ampliamente considerado como el fundador de la tradición filosófica occidental. Platón, a su vez, fue el maestro de Aristóteles, estableciendo así la famosa tríada de filósofos de la antigüedad: Sócrates, Platón y Aristóteles. A diferencia de otros filósofos de su época y de la nuestra, Sócrates nunca escribió nada, sino que se dedicó a vivir con sencillez y a interrogar los puntos de vista cotidianos y las opiniones populares de los habitantes de su ciudad natal, Atenas. A la edad de 70 años, fue condenado a muerte a manos de sus conciudadanos, acusado de impiedad y corrupción de la juventud. Su juicio, junto con el contexto social y político en el que se produjo, ha merecido tanto tratamiento por parte de historiadores y clasicistas como sus argumentos y métodos por parte de los filósofos.
Citas de Sócrates
p97 como un ave acuática y ridiculizaba su costumbre de poner los ojos en blanco.9 Pero también sabemos que poseía una particular robustez de cuerpo y capacidad de resistencia. De hombre llevaba la misma ropa en invierno y en verano, y continuaba con su costumbre de ir descalzo, incluso en una campaña de invierno. Aunque era muy abstemio en la comida y la bebida, podía beber mucho sin ser peor por ello. Desde su juventud recibió mensajes prohibitivos o advertencias de su misteriosa «voz» o «signo» o daimon. El Simposio nos habla de sus prolongados ataques de abstracción, uno de los cuales duró todo un día y una noche, y eso en una campaña militar. El profesor Taylor quiere interpretar estas abstracciones como éxtasis o raptos, pero parece más probable que se trate de prolongados ataques de abstracción debidos a una intensa concentración mental en algún problema, un fenómeno no desconocido en el caso de algunos otros pensadores, aunque no a tan gran escala. La propia duración del «éxtasis» mencionado en el Simposio parecería impedir que se tratara de un verdadero rapto en el sentido místico-religioso,10 aunque un ataque de abstracción tan prolongado también sería excepcional.
Sócrates
Sócrates tenía la creencia de que «una voz interior divina» le guiaba para ser un hombre de virtud, como afirma Jostein Gaarder, «la conciencia le decía [a Sócrates] lo que era correcto». La «conciencia» hace que una persona sea consciente de lo que está bien y lo que está mal, y esa conciencia sólo se consigue con el aprendizaje. En el juicio, Sócrates dice: «La única sabiduría verdadera consiste en saber que no se sabe nada». Sócrates puso énfasis en el conocimiento durante toda su vida porque creía que «la capacidad de distinguir entre el bien y el mal reside en la razón de las personas y no en la sociedad». El aprendizaje era lo único que preocupaba a Sócrates porque, según él, sólo el aprendizaje puede ayudar a una persona a tener una idea clara y universal del bien y del mal.
Para Sócrates, la «conversación disciplinada» es la única manera de alcanzar el conocimiento, que puede ser llamado «fiable» en términos de su calidad (del conocimiento). ¿Qué papel desempeña la «conversación disciplinada»? O bien, ¿cómo funciona? Sócrates dice que actúa como «una comadrona intelectual» que ayuda a las personas a adquirir conocimientos en los que pueden confiar. Según Sócrates, el conocimiento es rígido y seguro; cada concepto tiene una definición fija. ¿Cómo puede todo el mundo compartir el mismo nivel de conocimiento sobre un tema o asunto concreto? De hecho, cada uno tiene su propia definición fija de los temas que conocía. El problema es que la gente tiene un concepto muy subjetivo y rígido, que (al mismo tiempo) puede ser tanto: correcto como incorrecto. Sócrates introduce un sistema -la dialéctica- para salvar a la gente de su generación ayudándoles a obtener un «conocimiento fiable», que también es, en cierto sentido, una parte de un mundo rígido de conocimiento; pero tiene un atractivo universal en él.